¡ESTUPEFACIENTES
DEL DECORO, “HABLAZ”!
Parpadean estimulazos, aullidos del costado al
verte entrar por el tejado, desnuda y con una guadaña asida. Grosso modo plazco con tus trucos en la
cama y me convierto en sumiso. Descuartizas finamente 4x4 partes. Mis ojos ven
pero no lloran; disfrutan con tu berrido. “A quien Dios se la dé, San Pedro se
la bendiga”.
Motu
proprio
vuelvo a nacer, soy vampiro. Lo bueno es que siempre tengo hambre y nunca me
sacio, tal como tu amor de nuevo. Quise acercarme a ti, a mi remilgo del terror
enaltecedor. La cara se deforma y me convierto en tu caricatura franqueza de
sutilezas. Contrato tu vida por la mía. To’ privao
olvido tu melodía e impongo mis contraacordes. Me sitúo en tu corte si vos
quisiéredes y trago a mi antojo.
Me pica, resbala, embarazo; desintegra fantoches
inter nos. Relación pacífica pides
como el pueblo al político de arrastre y el arlequín a la chifladura. Luchabas
por ser digna aunque no a mi vera pordiosera. ¡Rompiste nuestro atlas y pretendes
que te quiera siquiera! Realza su retrato y remiendo empolvado en el techo ves por
fuerzas de abstracción. Yo ido. Non plus
ultra…