Un documento en blanco que empezaba a convertirse en marrón
y con ello recordaba el pasar del tiempo, la distancia que los separaba y el
recorrido insular que deberían haber hecho. Más allá de los sentimientos estaba
la sonrisa atravesada de mimos y conquistas, tal que decidió encender la llama
de su herida para así desvelarle los secretos de lo que estaba haciendo. No
podía mentirle tan descaradamente, algo los unía más que el amor o las luchas
de poder entre clases dentro de sus familias. Esta vez quería que las imágenes
le tranquilizaran por ser apasionadas sin derecho a sexo alguno.