viernes, 29 de abril de 2016

Nada tiene sentido. Es muy triste que mi vida se base en un “bear”, en que me conteste o no al móvil. Del mismo modo, es humillante ver como todo mi cuerpo se desequilibra por momentos. Voy a intentar escribir algo:

Juan había sufrido otra alucinación pero prefería callar y que le tomasen por loco. Laura era su psicóloga y amiga desde la adolescencia, ella sabía que necesitaba tratamiento.
─ ¿Por qué no me dices lo que te pasa?
─ Lo siento, no quiero hablar.
─ Vale.
Eso fue lo único que dijo Juan en las tres semanas que estuvo su amiga en Alicante, luego ella marchó. Vio en él un halo de dolor e incomprensión, pero sabía que solo sanaría por su propio pie. No necesitaba hablar porque hablaba con sus dibujos recreados en su mente, no salía a la calle porque ya viajaba en su cabeza.
(Laura despidiéndose)
─ ¡Necesito que me digas quién soy!
Juan se quedó estupefacto, pues Laura nunca había perdido la cordura. Hasta los seres más racionales pueden perderse en su camino si no obtienen resultados. Por más que Laura quería ayudar a su amigo se veía impotente al ver que no tenía resultados.
(Juan abraza a Laura)
─ Tan solo necesitaba saber que tú también tienes problemas.
Los dos entre lágrimas habían comprendido que algo les unía. Laura no tenía familia, sus padres murieron de pequeña y siempre se había sentido sola. Juan por el contrario era muy dicharachero y atento hasta que ella le rompió el corazón; pero eso ya es otra historia…


jueves, 28 de abril de 2016

Me encuentro bastante descentrado, estas vacaciones no me están sentando bien. Por una vez en mi vida voy a dejar de echar las culpas a los demás; he de reconocer que estoy mal y cometo muchos errores. Lo que no puedo es dejar a la deriva mi vida ni dejar que más individuos se entrometan, si quiero estar solo debo acarrear con todas las consecuencias. A saber: rechazo social, marginación, tristeza, estrecheces, miradas… No sé si lo estoy haciendo bien, me cuestiono todo mucho. A veces pienso que si fuera más tonto sería más feliz. No me gusta esta vida de los adultos con tanta falsedad, yo soy una persona directa y clara. También soy obsesivo y dominante, cuando quiero algo es para ya y eso no puede ser porque luego quiero que pasen de mí.

¿La vida qué me da? ¿Me ha regalado algo? ¿Necesito escribir esto para que otros lo lean? ¿Tengo necesidad de que me digan cómo soy? ¿Alguien me conoce?

Quiero decir basta a todo lo que me está robando la felicidad de mi vida, incluso digo basta a mí mismo si con eso voy a estar mejor. No pretendo huir, tan solo que me sienta a gusto con mi yo. Me he dado cuenta de que no quiero tener ningún tipo de relación con nadie, ni de rollo ni de algo más. Voy a apartarme del mundo de los hombres, me producen fatiga.

Hablando de nada más que niñerías sigo aquí, como si todavía no hubiera madurado lo suficiente. Sería bonito mandar todo a la mierda, nuestro organismo, nuestra existencia… y al cabo de unos días darnos cuenta de todo lo que hemos perdido. No hablo de un futuro, sino de algo más palpable. Si han querido que naciera, dejemos que se cumpla esa premisa y ya está.

Me cuesta mucho escribir últimamente porque solo veo culpa, queja y dolor en esto que hago. Espero que de algo sirva o no, ya que pretendo que los días pasen y no sé por qué. Me refiero al hablar conmigo mismo, al batallar en esta rutina real que por desgracia no atiende a mis comentarios; nunca lo hago y cuando espero hacerlo siempre pasa algo o alguien por delante.

Miremos con optimismo siempre, sé que la teoría es fácil pero intentémoslo al menos. Por favor, quédate con la parte positiva de las cosas, y si no te contestan que le den bola. El mundo está lleno de desagradecidos y tu tiempo vale más que todo en este mundo. Empieza a reconducir tus pasos de una vez, y aunque esto solo sean palabras a mí me sirven, que es de lo que se trata. No puedo dejar que me humille yo mismo, he venido a este mundo para algo grande. Puedo ver lo pequeño también pero para construir algo mejor.

Pido que no se pida nada, al menos en lo relativo al amor y la cordura. Piensa que nadie hay como tú y por lo tanto tendrás que conocer a mucho tipo de personas. Unas te harán daño, pero eso te hará más fuerte. Eso sí, aprende de los errores del pasado. No quiero tipos como: Josemi, Rober, Jorge, Josep, Manuel o Alfredo. ¿Tan difícil es encontrar a alguien de tu edad?


El mundo va a seguir tanto contigo como sin ti. No eres más que un puto pene para algunos o una bella persona para otros, pero eso no es lo importante. Por ende, es tu visión la que te hace coger fuerzas y ganar confianza con cada experiencia diaria. Tu vida eres tú, y nadie más. ¿Necesitas desconectar del mundo unos días? Perfecto, luego estarás mejor. Piensa en lo que te hace estar bien e ir detrás de los demás no es una opción. Por tanto, deja de dar explicaciones que no merecen, empieza a currar, sigue soñando por favor y todo vendrá. Te quiero: tu cuerpo.

viernes, 8 de abril de 2016


Procesando datos

Sí, soy "homosensual". Ya quedó dicho, ¿now qué pasará conmigo? ¡Intento desaparecer? Me voy a ver Pokémon o sigo escribiendo? ¡Rayos!

Gilipollez, pichas en vinagre. Jajajajjajajajaja
Pretendo que me quieras? Pasan cuántos? 4 days? Y ya te quiero? Flipando.

“Tonight”, esa palabra que se repite incesante en nuestros orificios. Esperamos apatrullando la ciudad que llegue “tonight”. A(h), me sale del alma, no?

Me interrogo por saber cuánto tardaría en ser crisálida junto a tu nidito. 
¡Qué pasa si te digo te quiero! …no pasará de moda (por lo que veo).
 
«Hay que guardar para salvar la partida». Sobre todo si se trata de tus paradójicos miramientos en el atril de atrás. Qué bonito que me prestaras atención. Te lo agradezco.

Es durísmo olvidarte. Pago el precio por ser uno mismo. It’s a pity. Mas estoy gélido tal mandíbula fuerte por no poder hacer nada nuevo… ¡Psicoanálisis ven!

No calibré bien lo que pasó en nuestras apasionantes discusiones; me diste calabazas y me asusté, no? Tú te sentías cómodo como el que todavía es virgen. Pero pronto dejarás de serlo…

Tell me, tell me! Yo soy lo más parecio a ti y no daste cuenta. Sólo recurres a: “me gustan más las tías que a un tonto el lápiz”. Sino me pruebas! Pardiez!

Lees como si comieras y no te decantas por el submarino mundo de mis propias letras, cultivadas para ti en la más tierna fábrica de secreción que imaginar puedas. Quieres escucharme náufrago?? …y pretendo que me ames marinero pescador de agua dulce!

Es que no quiero volver a casa, terminaré con mi vida… Eres mi adaptador, mi murciélago que por la noshe arrasa. ¡Eres mi objeción, mi expresión! Que tú no me deseas? Muere y aborta.


martes, 5 de abril de 2016

Necesidad de contar algo. Necesidad de guardarlo y acumularlo también.
La elevación para el derrumbamiento. Pedaleo y escucho por sentirme vivo.
¿Qué sintieron cuando bebieron y tiraron tu semen? Proteínas, ADN, vida, en resumen.

Una manía fatídica más: miseria en mi última relación (solo un glande por adquisición).

Mi último ron que sea contigo. Sé que es mucho pedir a este aciago comportamiento.

Quisiera que me descargases en una ventana, y que saltara del ordenador a tu cuerpo –manera de pensar–. ¡Sería tu emulador!

Aún espero esa explicación, esa incertidumbre a errar, tu aliento a cerezas para charlar.

Me gustas, pero no quiero contigo; te quiero, mas no puedo contigo. ¡Ah! Suave licor eres.

Pides arte, mi toque de cinismo, nuestra fortaleza, un roce de frentes, ese empuje del principio, una marca de expresión, un polvo de los de siempre… Te reivindico. No pides amor, aunque te cansas del sube y baja del prepucio exterminador. ¡Pirulín volador! Nadie, excepto yo, te lo da y por eso crees no necesitarlo en tu bragueta. Pierdes lo básico, y nuestras raíces reclaman agua; ya mi voz se torna ronca de chillidos no emitidos, de cosas ocultas, de lo que temí haberte dicho, de la linda estatua de esfinge en la que me convertistes… ¡Cohesión! Ya no sé amar; todo mi amor le fue entregado. Fue dado a ese dulce parecer de hombre. Lamento la huida de mi cordura. Preocupación de un cumplimiento invicto por mantenerse. ¡Menuda piedra!

Y ahora, ¿dónde encontrarte puedo? Falta me hace la pizca de tu libertadora carcajada.

Jamais diré que digas nunca mais. Fallos en la conexión dicen que tu mente se acelera. Virus del sistema.

Tú, mi flor masculina, mi rosa negra, mi ceniza incandescente. Gato siamés, a ti intento hablarte, firme y elocuentemente –in albis–. Reflejos de un tropical maullido de madrugada por ti producido.

Somos un extra del principio. Pero siempre juntos, unidos como hermanos y locamente enamorados. Danzamos en la bañera, con los pubis, al escalón, por nuestra memoria.

Creo no haber elegido este parche, no poder escoger mi alfil, no arremeter contra la famélica anilla. Perdí el ritmo del sol claramente y conseguí un matón.

Abrazos, espalda dura, fibra sensible descendente, sudoroso cuello, manchas de  fogosidad… y como alternativa a las pajas destructoras del pene. Me reafirmo; lo he experimentado.

Te diré que para qué más, para no more. No te rindas. Academia del amor fundé (C/ Mesón), para así no perder la esperanza del amor eterno que amé. Testigo del olvido es en lo que me he convertido. “Tarde de cariño y horrores malqueridos” (así empiezo). ¡Revolución!

No puede ser que pase lo que no sabría que ser podía. Ignorancia. Golpes en el pecho.
Pido mi castigo al cielo, la cárcel del refugio. ¡Qué tal una trompeta por el trasero! Porfi. Y ahora, qué más da lo dicho… y otra vez a empezar sintiendo el tacto de lo intangible. Ciao.