Me veo una vez más en la
obligación de escribir delante de mi nuevo portátil, primero y único espero.
Esto de depender de las tecnologías va in crescendo y no me gusta nada. Parece
que al cabo del día dedico mi atención en ellas y en los demás. Sobre todo me
preocupa que me distraigan tanto de mi camino y olvide a mi querido y odiado
violín. Sé que tengo el don de la música en menor o mayor medida pero me da por
pensar que podría ser actor porno. Pero si no sé ni cuándo fue la última vez
que follé decentemente…
Mi vida podría ser un caos pero
hay unas personas que lo evitan. Hablo de mi
madre pendiente de mí, de mi padre el cocinero, de mi hermana la sabia y
del Lalico que no es capaz de juzgarme. Últimamente también ha aparecido Susi
como una amiga que vale su peso en oro.
No sé qué contarle a esta hoja
tan perfecta de Word; tendría más gracia si fuera una hoja de papel a plena luz
del día y usando mi propia letra. Sigo pensando que esta vida no está tan mal y
hay que vivirla a toda costa. Da igual que la gente te deje tirado, que la
batería se esté agotando, que no apruebes, etc. Porque lo que importa es
fracasar mejor y sonreírle a la vida y tener sentido de autocrítica.
Y es que (me encanta este
conector) no somos nosotros los que hablamos, solo es nuestro orgullo el que
insiste. No entiendo como un sueño se puede ver truncado por la cifra que ponga
una persona y reduzca todas tus expectativas y las aplace a un año.
Lo del porno me hace tilín porque
es en plan ir en rebeldía de lo que son las apariencias de la gente, como si
follar solo estuviera reservado a unos pocos. Te da mucha libertad pero la
mayoría de las veces el argumento es ridículo.
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