Me pregunto muchas
cosas: si existe Dios, si tiene sentido tener una pareja actualmente, si vale
la pena ser tan recatado, si se aceptan requiebros, si los jilipollas existen o
son solo fabulaciones, si la bondad perdurará, si los mayores saben más que
nosotros, si la edad es tan importante en nuestras vidas, si los sueños se
llegan a cumplir, si…
Aunque yo sabía que no
debía hacerme ilusiones, he vuelto a caer. No me quieren más que para un lío,
un nombre en una lista de tantos, un follamigo con el que retozar. Pudiera
entenderlo… Lo que no soporto es la indiferencia con la que él está llevando el
asunto. Desde un primer momento le dije que no quería ser su rollo del verano y
no dijo nada, pero no tengo fuerzas para reproches.
Se puede querer a
alguien que la tenga enana, pues supongo que sí. Mi primera experiencia sexual
fue con un espécimen de esa clase y no vamos a decir que me gustase, pero polla
era. Así se pone más en valor mi miembro. Lo cierto es que cuando se la toqué
noté un bultillo chiquitito. Cuando él me la tocaba supongo que no notaría nada
enorme, pero es que yo no quería que me excitase porque aún no sentía nada por
él.
Sin embargo, parece que
es una persona medio noble, ya que no ha esperado a utilizarme para luego
dejarme y que yo sufra. ¿Es mejor así? A lo mejor se piensa que él siempre fue
un segundo plato para mí desde lo de Moisés o tiene planes con su ex. Lo de
Moisés fue la excusa perfecta para dar el paso y hablar con él como dos
adultos. Yo nunca he querido a Moisés, a lo mejor me gustaba un poquico pero
nada más; la intención no era otra que charrar de algo con un profe. Con
Alfredo supe que pasaría algo; el primer día me echó un piropazo con que tengo
una cara de artista. Ahora me doy cuenta de que en verdad solo se estaba
quedando con ganas de mi polla. A quien se le ocurre decir al terminar una
cita: me quedo con ganas de esto (mientras te coge tu pene).
No sé si me gustó, me
esperaba mucho más en general. Desde enero esperando tener un encuentro, llega
el último examen, pasa un mes con sus respectivas fiestas del orgullo (tres
concretamente), y él se lanza a por la miel de mis labios.
P.D.: Todos estamos un
poco locos, pero vernos a nosotros mismos nos salva de saltar al vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario